La gota es una forma de artritis inflamatoria que resulta del depósito de cristales de urato monosódico en las articulaciones sinoviales y los tejidos blandos en el contexto de hiperuricemia, es decir, nivel elevado de ácido úrico sérico.
Es una enfermedad crónica y, a menudo, debilitante que se caracteriza por hinchazón, enrojecimiento y dolor recurrente en una o varias articulaciones que, si no se trata o se controla de forma deficiente, puede provocar una función musculoesquelética limitada, discapacidad relacionada con el trabajo y morbilidades significativas como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal crónica y mala calidad de vida relacionada con la salud. El paciente hiperuricémico es un candidato a presentar gota y cálculos renales de uratos.
Hablamos de hiperuricemia cuando los niveles de ácido úrico en sangre (pH 7,4 y 37 ºC) son superiores a 7 mg/dl en varones y mujeres posmenopáusicas, 6 mg/dl en mujeres premenopáusicas y 4 mg/dl en niños.
El aumento de sus concentraciones puede deberse por:
- Incremento en la síntesis de ácido úrico por una anomalía primaria (errores genéticos)
- Aumento del metabolismo de las nucleoproteínas (leucemias)
- Trastornos con mayor proliferación de la muerte celular (psoriasis)
- Disminución de la excreción renal de ácido úrico, por un posible defecto de carácter idiopático o por la disminución del aclaramiento renal de urato (transplantados de riñón y en pacientes con insuficiencia renal o enfermedades renales)
Tratamiento nutricional
La terapia dietética puede reducir los niveles de ácido úrico, retrasar las complicaciones de la gota y, en muchos casos, reducir o eliminar la necesidad de medicamentos convencionales. Una fuerte evidencia sugiere que la dieta es el factor más modificable en el manejo de la gota.
- Efecto protector
- Alimentación mediterránea:
Una mayor ingesta de legumbres se asocia con un riesgo significativamente menor de gota. Las legumbres son ricas en purinas pero tienen un alto contenido de fibra, que podría unirse al ácido úrico en el intestino antes de la excreción. El consumo de huevo, frutas no cítricas, queso, pan integral y cacahuetes, presentes en un patrón alimentario mediterráneo, también se asocia con niveles más bajos de ácido úrico.
- Alimentación baja en purinas:
Evitar el alcohol, las bebidas azucaradas, las comidas copiosas y el consumo excesivo de carnes y mariscos. Es recomendable evitar los alimentos con un nivel de purinas >75 mg/100 g.

La clave para disminuir el ácido úrico en pacientes con hiperuricemia asintomática o gota es consumir menos proteínas animales, menos ácidos grasos saturados y menos alcohol.
2. Factores de riesgo
Existen factores de riesgo no modificables (sexo, edad, raza y genética) y factores de riesgo modificables, como la dieta y el estilo de vida. Los pacientes con exceso de peso y obesidad (IMC > 25 kg/m 2 ) tienen un riesgo dos o tres veces mayor de gota en comparación con los pacientes con un IMC inferior a 25.
- El aumento significativo en la ingesta de bebidas azucaradas (fructosa) y el uso de xenobióticos y alcohol, coincide con la tendencia secular de HP.
El papel de la fructosa en todas las fuentes de alimentos como factor de riesgo de HP incidental sigue sin estar claro. Además, hay una falta significativa de estudios de metanálisis que evalúen el papel de la fructosa en la dieta en la aparición de trastornos del metabolismo.
- Dieta occidental típica: basada en un alto consumo de carnes rojas y procesadas, granos refinados y comidas ricas en azúcar, está asociada con un riesgo 42 % mayor de desarrollar gota.
- Dietas hiperproteicas o hipercalóricas.
- El consumo de alimentos individuales como la cerveza, licor, vino, refrescos y carne (vacuno, cerdo o cordero) se ha relacionado con el aumento de ácido úrico.
Conclusión
Recomiendo enfatizar más la terapia del estilo de vida en las guías para el tratamiento de la hiperuricemia y la gota. Hay que hacer que los pacientes tomen conciencia de los efectos potenciales de la dieta y el estilo de vida, ya que es más fácil cuando los síntomas todavía están presentes en lugar de suprimirlos con medicamentos. Sentir cualquier efecto de la mejora del propio estilo de vida podría ser motivador y útil para reducir el uso a largo plazo de medicamentos.
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