Category Archives: Nutrición Clínica

Ácido úrico

La gota es una forma de artritis inflamatoria que resulta del depósito de cristales de urato monosódico en las articulaciones sinoviales y los tejidos blandos en el contexto de hiperuricemia, es decir, nivel elevado de ácido úrico sérico.

Es una enfermedad crónica y, a menudo, debilitante que se caracteriza por hinchazón, enrojecimiento y dolor recurrente en una o varias articulaciones que, si no se trata o se controla de forma deficiente, puede provocar una función musculoesquelética limitada, discapacidad relacionada con el trabajo y morbilidades significativas como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal crónica y mala calidad de vida relacionada con la salud. El paciente hiperuricémico es un candidato a presentar gota y cálculos renales de uratos.

Hablamos de hiperuricemia cuando los niveles de ácido úrico en sangre (pH 7,4 y 37 ºC) son superiores a 7 mg/dl en varones y mujeres posmenopáusicas, 6 mg/dl en mujeres premenopáusicas y 4 mg/dl en niños.

El aumento de sus concentraciones puede deberse por:

  • Incremento en la síntesis de ácido úrico por una anomalía primaria (errores genéticos)
  • Aumento del metabolismo de las nucleoproteínas (leucemias)
  • Trastornos con mayor proliferación de la muerte celular (psoriasis)
  • Disminución de la excreción renal de ácido úrico, por un posible defecto de carácter idiopático o por la disminución del aclaramiento renal de urato (transplantados de riñón y en pacientes con insuficiencia renal o enfermedades renales)

Tratamiento nutricional

La terapia dietética puede reducir los niveles de ácido úrico, retrasar las complicaciones de la gota y, en muchos casos, reducir o eliminar la necesidad de medicamentos convencionales. Una fuerte evidencia sugiere que la dieta es el factor más modificable en el manejo de la gota.

  1. Efecto protector
  • Alimentación mediterránea:

Una mayor ingesta de legumbres se asocia con un riesgo significativamente menor de gota. Las legumbres son ricas en purinas pero tienen un alto contenido de fibra, que podría unirse al ácido úrico en el intestino antes de la excreción. El consumo de huevo, frutas no cítricas, queso, pan integral y cacahuetes, presentes en un patrón alimentario mediterráneo, también se asocia con niveles más bajos de ácido úrico.

  • Alimentación baja en purinas:

Evitar el alcohol, las bebidas azucaradas, las comidas copiosas y el consumo excesivo de carnes y mariscos. Es recomendable evitar los alimentos con un nivel de purinas >75 mg/100 g.

La clave para disminuir el ácido úrico en pacientes con hiperuricemia asintomática o gota es consumir menos proteínas animales, menos ácidos grasos saturados y menos alcohol.

2. Factores de riesgo

Existen factores de riesgo no modificables (sexo, edad, raza y genética) y factores de riesgo modificables, como la dieta y el estilo de vida. Los pacientes con exceso de peso y obesidad (IMC > 25 kg/m 2 ) tienen un riesgo dos o tres veces mayor de gota en comparación con los pacientes con un IMC inferior a 25.

  • El aumento significativo en la ingesta de bebidas azucaradas (fructosa) y el uso de xenobióticos y alcohol, coincide con la tendencia secular de HP.

El papel de la fructosa en todas las fuentes de alimentos como factor de riesgo de HP incidental sigue sin estar claro. Además, hay una falta significativa de estudios de metanálisis que evalúen el papel de la fructosa en la dieta en la aparición de trastornos del metabolismo. 

  • Dieta occidental típica: basada en un alto consumo de carnes rojas y procesadas, granos refinados y comidas ricas en azúcar, está asociada con un riesgo 42 % mayor de desarrollar gota.
  • Dietas hiperproteicas o hipercalóricas.
  • El consumo de alimentos individuales como la cerveza, licor, vino, refrescos y carne (vacuno, cerdo o cordero) se ha relacionado con el aumento de ácido úrico.

Conclusión

Recomiendo enfatizar más la terapia del estilo de vida en las guías para el tratamiento de la hiperuricemia y la gota. Hay que hacer que los pacientes tomen conciencia de los efectos potenciales de la dieta y el estilo de vida, ya que es más fácil cuando los síntomas todavía están presentes en lugar de suprimirlos con medicamentos. Sentir cualquier efecto de la mejora del propio estilo de vida podría ser motivador y útil para reducir el uso a largo plazo de medicamentos.

Referencia bibliográfica

Sayehmiri K, Ahmadi I, Anvari E. Fructose Feeding and Hyperuricemia: a Systematic Review and Meta-Analysis. Clin Nutr Res. 2020 Apr 27;9(2):122-133. doi: 10.7762/cnr.2020.9.2.122. PMID: 32395442; PMCID: PMC7192665.

Yang J, Li G, Xiong D, Chon TY, Bauer BA. The Impact of Natural Product Dietary Supplements on Patients with Gout: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Evid Based Complement Alternat Med. 2020 Jan 23;2020:7976130. doi: 10.1155/2020/7976130. PMID: 32047527; PMCID: PMC7003261)

Ayoub-Charette S, Chiavaroli L, Liu Q, Khan TA, Zurbau A, Au-Yeung F, Cheung A, Ahmed A, Lee D, Choo VL, Blanco Mejia S, de Souza RJ, Wolever TM, Leiter LA, Kendall CW, Jenkins DJ, Sievenpiper JL. Different Food Sources of Fructose-Containing Sugars and Fasting Blood Uric Acid Levels: A Systematic Review and Meta-Analysis of Controlled Feeding Trials. J Nutr. 2021 Aug 7;151(8):2409-2421. doi: 10.1093/jn/nxab144. PMID: 34087940; PMCID: PMC8349131.

Vedder D, Walrabenstein W, Heslinga M, de Vries R, Nurmohamed M, van Schaardenburg D, Gerritsen M. Dietary Interventions for Gout and Effect on Cardiovascular Risk Factors: A Systematic Review. Nutrients. 2019 Dec 4;11(12):2955. doi: 10.3390/nu11122955. PMID: 31817107; PMCID: PMC6950134.

Major TJ, Topless RK, Dalbeth N, Merriman TR. Evaluation of the diet wide contribution to serum urate levels: meta-analysis of population based cohorts. BMJ. 2018 Oct 10;363:k3951. doi: 10.1136/bmj.k3951. PMID: 30305269; PMCID: PMC6174725.

Endometriosis

La endometriosis, caracterizada por el crecimiento de tejido similar al endometrio fuera de la cavidad uterina, es un trastorno ginecológico inflamatorio crónico altamente prevalente dependiente de estrógenos en mujeres en edad reproductiva en todo el mundo. Es una enfermedad significativamente heterogénea, tanto en el fenotipo como en los resultados clínicos que varían desde ausencia de síntomas hasta dolor intenso y/o subfertilidad que conducen a una reducción significativa en la calidad de vida.

Desafortunadamente, la terapia hormonal adyuvante a menudo se acompaña de efectos secundarios no deseados significativos y, en aproximadamente el 30% de los pacientes, una reducción no adecuada del dolor asociado con la endometriosis.

La etiología de la endometriosis es multifacética y no se comprende completamente; sin embargo, los factores genéticos, anatómicos, inmunológicos, hormonales y ambientales (p. ej., el ejercicio y la dieta) pueden desempeñar un papel importante en la patogenia de esta afección

Tratamiento nutricional

Las mujeres con endometriosis parecen consumir menos vegetales, ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y productos lácteos y más carne roja, café y grasas trans. El mayor riesgo de endometriosis se asoció con un mayor consumo de carne roja, ácidos grasos trans, y ácidos grasos saturados.

  1. Carne roja:  La carne roja es otro factor dietético que puede estar relacionado con un mayor riesgo de endometriosis porque puede afectar los niveles de estrógeno que están involucrados en la patogénesis de la endometriosis al promover la expresión y liberación de factores proinflamatorios.
  2. Grasas saturadas y trans: conduce a un mayor riesgo de endometriosis 

En un ensayo controlado aleatorizado realizado en Italia se vió que la terapia de supresión hormonal y la suplementación dietética fueron igualmente efectivas para reducir el dolor pélvico no menstrual.

  • Intervenciones dietéticas
    • Dieta mediterránea:  la dieta mediterránea no implica solo la suplementación de ciertos antioxidantes, sino más bien una serie de hábitos alimenticios y, por lo tanto, puede mejorar el dolor asociado con la endometriosis a través de mecanismos adicionales. Se ha demostrado que el pescado y los aceites de oliva virgen extra ejercen efectos antiinflamatorios. En concreto, el aceite de oliva virgen extra, que contiene la sustancia oleocantal, presenta una estructura similar a la molécula ibuprofeno, y ambos actúan por el mismo mecanismo, es decir, por inhibición de la ciclooxigenasa. El consumo de aceite de pescado puede conducir a un menor riesgo de endometriosis debido a sus efectos antiinflamatorios. Además, el aumento de la cantidad de fibras proporciona un efecto eupéptico, mientras que los alimentos ricos en magnesio podrían prevenir un aumento en el nivel de calcio intracelular y promover la relajación del útero
    • Baja en FODMAP: Debido a la característica de los FODMAP de absorción insuficiente y su fermentación consecutiva por bacterias, su producción de gas tiende a causar una extensión intestinal abdominal que puede provocar dolor y modificación de la motilidad intestinal. Enfermedades como el síndrome del intestino irritable y la endometriosis vienen acompañadas de hipersensibilidad visceral. El 72% de las pacientes con endometriosis experimentaron una mejoría de los síntomas de más del 50% después de seguir esta dieta durante 4 semanas
    • Dieta vegetariana: conduce a una disminución en la biodisponibilidad del estrógeno, el estrógeno juega un papel en la inducción de la proliferación del tejido endometrial extrauterino. Por otro lado, un mayor consumo de frutas y vegetales verdes puede ser protector porque puede disminuir los marcadores inflamatorios como la interleucina-6 (IL-6) que están elevados entre las mujeres diagnosticadas con endometriosis.
    • Educación nutricional individualizada:  Los participantes experimentaron un aumento en el bienestar y una disminución de los síntomas después de los cambios en su dieta y estilo de vida. También sintieron que los cambios en la dieta condujeron a mayores niveles de energía y una comprensión más profunda de cómo podrían afectar su salud al escuchar las reacciones de su cuerpo.

Conclusión

Las intervenciones dietéticas parecen prometedoras para tratar los síntomas relacionados con la endometriosis como es la reducción significativa del dolor. El vínculo entre la dieta y la endometriosis es importantísimo debido al potencial de los componentes antiinflamatorios presentes en los alimentos para mitigar la endometriosis. En la planificación dietética del paciente con endometriosis hay que garantizar el consumo y absorción adecuada de vit D, calcio, W-3, Vit. A, Vit C y Vit E.

Referencia bibliográfica

  1. Nirgianakis K, Egger K, Kalaitzopoulos DR, Lanz S, Bally L, Mueller MD. Effectiveness of Dietary Interventions in the Treatment of Endometriosis: a Systematic Review. Reprod Sci. 2022 Jan;29(1):26-42. doi: 10.1007/s43032-020-00418-w. Epub 2021 Mar 24. PMID: 33761124; PMCID: PMC8677647.
  2. Arab A, Karimi E, Vingrys K, Kelishadi MR, Mehrabani S, Askari G. Food groups and nutrients consumption and risk of endometriosis: a systematic review and meta-analysis of observational studies. Nutr J. 2022 Sep 22;21(1):58. doi: 10.1186/s12937-022-00812-x. PMID: 36138433; PMCID: PMC9503255.

Artritis Reumatoide

Definición

La artritis reumatoide (AR) es un trastorno inflamatorio crónico y autoinmune que afecta principalmente a las articulaciones. Las manifestaciones clínicas de la AR incluyen dolor articular, rigidez, hinchazón, así como destrucción articular y manifestaciones sistémicas. La AR puede causar daño articular progresivo y discapacidad. Los factores de riesgo para la AR son genéticos y no genéticos, incluidos el tabaquismo, los cambios en la microbiota, el sexo femenino, la dieta occidental y los factores étnicos (1). Los efectos de las intervenciones dietéticas para la AR ocurren a partir de los tres meses (2).

Intervenciones dietéticas

  • La terapia nutricional para la AR tiene como objetivo atenuar la inflamación alterando la proporción de ácidos grasos ω-6 a ω-3 y aumentando los antioxidantes. La reducción del ácido araquidónico (AA), un ácido graso ω-6, es particularmente relevante. El AA es el precursor de los eicosanoides, que están involucrados en una variedad de funciones y reacciones celulares. Los eicosanoides también son mediadores de la inflamación y la cantidad de AA liberada de la membrana celular determina la intensidad de la inflamación. Cuando hay menos AA en la membrana celular, se libera menos AA y se forman menos eicosanoides. El ácido graso ω-3 eicosapentaenoico (EPA) reduce el contenido de AA en las membranas celulares, dando como resultado menor AA disponible para la oxidación a mediadores inflamatorios (1).
  1. Las dietas vegetarianas contienen menos AA que las dietas con carne, mientras que las dietas veganas prácticamente no contienen AA. Por lo tanto, las dietas vegetarianas y veganas pueden influir favorablemente en la inflamación (1,3).
  2. La dieta mediterránea (DM) se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales como cereales sin refinar, frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva virgen extra; consumo moderado de aves, productos lácteos y huevos; y bajo consumo de dulces y carnes rojas. La DM demostró mejoras modestas en general en la AR estable y moderadamente activa (2). Se debe tener especial consideración al recomendar la dieta mediterránea a pacientes con AR, ya que la sensibilidad al gluten es más común en pacientes con enfermedades reumáticas que en la población general (1).
  3. Suplementación de W-3: En estudios que involucraron la administración de ácidos grasos omega-3 (≥2.7 g/d), aceite de pescado u otros aceites (onagra), pareció haber una reducción en la actividad de la enfermedad de AR, una menor tasa de fracaso de la farmacoterapia y podría ayudar a reducir el requerimiento diario de antiinflamatorios no esteroideos y el consumo concomitante de analgésicos (2)
  • El impacto de las fibras dietéticas y la actividad metabólica del microbioma intestinal contribuye aún más al efecto antiinflamatorio de las dietas vegetarianas, veganas o mediterráneas. En pacientes con AR, una alimentación rica en fibra aumenta los ácidos grasos de cadena corta antiinflamatorios, disminuye las citocinas proinflamatorias y altera favorablemente la composición del microbioma intestinal. La carne roja, la sal o incluso la ingesta excesiva de alimentos pueden actuar como desencadenantes, como se mencionó anteriormente, mientras que, por el contrario, el pescado, la fruta y las verduras actúan como «moderadores», reduciendo la inflamación (2)
  1. Probióticos: La triada «dieta, microbiota y permeabilidad intestinal” es el foco de revisiones recientes. La respuesta inflamatoria crónica inducida por la disbiosis intestinal puede contribuir de manera crítica al desarrollo de enfermedades reumáticas. Por lo tanto, es posible que las dietas que eliminen los grupos de alimentos que desencadenan una respuesta alérgica o inflamatoria resulten en una reducción de la inflamación al alterar la población de microbiota intestinal. De acuerdo con estos resultados, se ha demostrado que los probióticos reducen las citocinas proinflamatorias (2).

Referencia bibliográfica

  1. Schönenberger KA, Schüpfer AC, Gloy VL, Hasler P, Stanga Z, Kaegi-Braun N, Reber E. Effect of Anti-Inflammatory Diets on Pain in Rheumatoid Arthritis: A Systematic Review and Meta-Analysis. Nutrients. 2021 Nov 24;13(12):4221. doi: 10.3390/nu13124221. PMID: 34959772; PMCID: PMC8706441.
  2. Philippou, E., Petersson, S. D., Rodomar, C., & Nikiphorou, E. (2021). Rheumatoid arthritis and dietary interventions: systematic review of clinical trials. Nutrition reviews79(4), 410–428. https://doi.org/10.1093/nutrit/nuaa033
  3. Sidhu, S. R. K., Kok, C. W., Kunasegaran, T., & Ramadas, A. (2023). Effect of Plant-Based Diets on Gut Microbiota: A Systematic Review of Interventional Studies. Nutrients15(6), 1510. https://doi.org/10.3390/nu15061510

Colesterol

El colesterol es una molécula indispensable para la vida, desempeña funciones estructurales y metabólicas que son vitales para el ser humano.

Proviene de la dieta o es sintetizado por nuestras células, siendo precursor de otras biomoléculas fisiológicamente importantes como las hormonas esteroideas, ácidos biliares y la vitamina D.

Sin embargo, la acumulación excesiva de colesterol en nuestros tejidos y altas concentraciones en sangre (hipercolesterolemia), pueden tener consecuencias patológicas.

A continuación os muestro ciertos alimentos o grupos de alimentos que ayudarán a mejorar tu control metabólico:

Frutos secos

La incorporación de frutos secos en la dieta de adultos sanos con sobrepeso/obesidad tiene efectos favorables sobre los TG séricos y el LDL-C (podrían ejercer efectos protectores frente a la dislipemia en esta población).

El ácido α-linolénico (ALA) es un ácido graso esencial. componente de las semillas y aceites oleaginosos, así como de los frutos secos (particularmente las nueces). Aumentar el ALA en la dieta se ha asociado con un 10 % menos de riesgo de enfermedad cardiovascular total y un 20 % menos de riesgo de enfermedad coronaria mortal (al reducir el colesterol total, el colesterol LDL, los triglicéridos y la presión arterial).

Arándanos y moras

Algunos estudios mostraron que el consumo de arándanos y moras produce una mejora significativa los triglicéridos, el colesterol sérico total, las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y las lipoproteínas de alta densidad (HDL).

Curcumina

El uso de suplementos de curcumina junto con cambios en la dieta, estilo de vida y/o actividad física condujo a cambios positivos en marcadores como los triglicéridos totales (TG), colesterol total (TC), circunferencia de la cintura (WC)…

Huevo

Estudios muestran que mayor consumo de huevos no se asoció con un mayor riesgo de mortalidad por causas, como accidente cerebrovascular o enfermedad respiratoria, mientras que otros lo asocian con un mayor riesgo de mortalidad general y relacionada con ECV, debiéndose tratar estos hallazgos con precaución y ser confirmados en estudios futuros. Varios hallazgos sugieren que los huevos deben consumirse en cantidades moderadas como parte de una dieta saludable.

Cacao

El cacao es rico en varios compuestos bioactivos como polifenoles. Entre los polifenoles, los flavonoles están recibiendo una atención considerable debido al posible efecto cardioprotector. Estos redujeron significativamente el colesterol de lipoproteínas de baja densidad y los triglicéridos, así como efectos beneficiosos en los biomarcadores cardiometabólicos para el metabolismo de los lípidos y la inflamación.

Microbiota

La microbiota puede influir en la reducción del colesterol al reducir su absorción, disminuir la reabsorción de sales biliares, por la transformación en otros metabolismos, la inhibición de la síntesis a través de la formación de ácidos grasos de cadena corta producidos en la fermentación, etc.

Se ha visto que la suplementación con Lactobacillus puede tener un efecto beneficioso sobre el colesterol de lipoproteínas de baja densidad y el colesterol total en adultos con sobrepeso u obesidad, y los triglicéridos plasmáticos en ayunas.

Tipo de alimentación y colesterol

Una estrategia de prevención de enfermedades cardiovasculares (ECV) se basa en la promoción de un estilo de vida sano, que incluye un patrón dietético más saludable, una mayor actividad física, un control del peso corporal y el abandono de hábitos tóxicos como tabaquismo y consumo excesivo de alcohol.

Numerosos estudios indican que la dieta mediterránea tradicional, (patrón dietético de los pueblos que vivían alrededor del mar Mediterráneo) parece ser el patrón de alimentación más eficaz en la prevención de numerosas enfermedades crónicas, incluidas las ECV.

También se ha observado que las dietas veganas redujeron el peso corporal, índice de masa corporal (IMC), hemoglobina glucosilada (HbA 1c), colesterol total y colesterol de lipoproteínas de baja densidad.

Referencia bibliográfica

  1. Eslami, O., Khorramrouz, F., Sohouli, M., Bagheri, N., Shidfar, F., & Fernandez, M. L. (2022). Effect of nuts on components of metabolic syndrome in healthy adults with overweight/obesity: A systematic review and meta-analysis. Nutrition, metabolism, and cardiovascular diseases : NMCD, 32(11), 2459–2469. https://doi.org/10.1016/j.numecd.2022.07.015
  2. Azari, H., Morovati, A., Pourghassem Gargari, B., & Sarbakhsh, P. (2022). Beneficial effects of blueberry supplementation on the components of metabolic syndrome: a systematic review and meta-analysis. Food & function, 13(9), 4875–4900.
  3. Różański, G., Tabisz, H., Zalewska, M., Niemiro, W., Kujawski, S., Newton, J., Zalewski, P., & Słomko, J. (2023). Meta-Analysis of Exploring the Effect of Curcumin Supplementation with or without Other Advice on Biochemical and Anthropometric Parameters in Patients with Metabolic-Associated Fatty Liver Disease (MAFLD). International journal of environmental research and public health, 20(5), 4266. https://doi.org/10.3390/ijerph20054266)
  4. Zhao, B., Gan, L., Graubard, B. I., Männistö, S., Albanes, D., & Huang, J. (2022). Associations of Dietary Cholesterol, Serum Cholesterol, and Egg Consumption With Overall and Cause-Specific Mortality: Systematic Review and Updated Meta-Analysis. Circulation, 145(20), 1506–1520. https://doi.org/10.1161/CIRCULATIONAHA.121.057642
  5. Chen, X., Guan, X., Tang, Y., Deng, J., & Zhang, X. (2022). Effects of cocoa products intake on cardiometabolic biomarkers of type 2 diabetes patients: a systematic review and meta-analysis based on both long-term and short-term randomised controlled trials. International journal of food sciences and nutrition, 73(5), 571–587. https://doi.org/10.1080/09637486.2022.2046711
  6. Termannsen, A. D., Clemmensen, K. K. B., Thomsen, J. M., Nørgaard, O., Díaz, L. J., Torekov, S. S., Quist, J. S., & Faerch, K. (2022). Effects of vegan diets on cardiometabolic health: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Obesity reviews : an official journal of the International Association for the Study of Obesity, 23(9), e13462. https://doi.org/10.1111/obr.13462

Dieta baja en FODMAP

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad gastrointestinal crónica remitente-recurrente. El tratamiento de la EII consiste en la disminución o eliminación de la actividad de la enfermedad y la optimización de la calidad de vida relacionada con la salud. La EII, que incluye la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC), es un grupo de enfermedades gastrointestinales crónicas con síntomas gastrointestinales funcionales (FGS) frecuentes, como dolor abdominal y distensión abdominal (1).

La incertidumbre de los síntomas y la imprevisibilidad de esta condición clínica es muy exigente para los pacientes con EII y deteriora su calidad de vida. Por lo tanto, es obvio que la calidad de vida de los pacientes puede verse afectada por el curso de la enfermedad (extensión, gravedad y patrón de recaída de los síntomas), la terapia prescrita (eficacia, efectos secundarios y carga de administración) y factores psicosociales (1).

Se han informado consistentemente tasas más altas de ansiedad y depresión y puntajes de calidad de vida más bajos en pacientes con EII con FGS. La etiología de estos síntomas gastrointestinales funcionales en la enfermedad inflamatoria intestinal sigue sin estar clara, y el daño gastrointestinal o el impacto psicológico de la EII pueden ser parcialmente responsables del proceso (1).

Los pacientes con EII con FGS, incluso en remisión, son más propensos a disbiosis, fases de recaída crónica, una respuesta inmune comprometida, mayor permeabilidad intestinal y un eje cerebro-intestino discordante que aquellos sin FGS (1).

La estructura dietética en sí misma causa inflamación intestinal. Una variedad de FGS pueden desencadenarse por la forma y el contenido de nutrientes de los alimentos ingeridos a través de una matriz de diferentes mecanismos, incluida la fermentación bacteriana que altera la microbiota intestinal, la inducción de distintos efectos de carga osmótica en el intestino delgado y el colon, la producción de gas en el tracto gastrointestinal, y la activación o supresión de las respuestas inmunes (1).

Una dieta baja en FODMAP se caracteriza por una ingesta limitada de carbohidratos de cadena corta que se absorben mal y son altamente fermentables en el intestino delgado como oligo, di, monosacáridos y polioles (FODMAP). La hipótesis mecanicista por la que se utiliza una dieta baja en FODMAP como posible alternativa terapéutica es que estos carbohidratos mal absorbidos llegan al colon sin digerir, donde son fermentados por la flora colónica, lo que conduce a una mayor osmolalidad luminal y generación de gases. En algunas personas, esta fermentación puede provocar síntomas gastrointestinales como dolor abdominal, flatulencia, hinchazón y diarrea, comunes en los trastornos gastrointestinales funcionales (TFGID). La dieta baja en FODMAP consta de tres fases: exclusión, reintroducción y mantenimiento, ya que la fase de exclusión no se debe mantener indefinidamente (2).

En el síndrome del intestino irritable (IBS), se ha demostrado que una dieta baja en FODMAP (LFD) mejora los FGS al reducir el agua luminal inducida por la dieta, el gas colónico y, en consecuencia, la hipersensibilidad visceral inducida por la distensión luminal. Se ha afirmado que la intervención dietética proporciona una mejoría de los síntomas durante las etapas aguda y crónica de la EII. Puede mitigar la progresión de la enfermedad o evitar complicaciones potencialmente desastrosas al alterar la microbiota, el metaboloma, la función de barrera del huésped y la inmunidad innata (1)

En la revisión sistemática de Peng et al (1) el resultado principal fue que la alimetación baja en FODMAP puede mejorar las FGS en la EII. Se observó una mejoría de los síntomas de distensión abdominal, flatulencia o flatulencia, borborigmos, dolor abdominal y fatiga o letargo en pacientes con EII, excepto náuseas y vómitos. Por otro lado, la hipersensibilidad a los alimentos, la alergia a los alimentos, la intolerancia a los alimentos y la sensibilidad al gluten no celíaca se consideran responsables de estos síntomas relacionados con los alimentos.

La dieta baja en FODMAP ocupó el primer lugar en la gravedad del dolor abdominal, la gravedad de la hinchazón o distensión abdominal y el hábito intestinal, aunque para este último no fue superior a ninguna otra intervención. Una dieta baja en FODMAP fue superior a los consejos dietéticos de la British Dietetic Association (BDA)/National Institute for Health and Care Excellence (NICE) para la hinchazón o distensión abdominal (RR = 0,72; IC del 95 %: 0,55 a 0,94) (3).

Conclusión

La dieta baja en FODMAP despierta un interés creciente a nivel internacional y se ha propuesto como una de las terapias sintomáticas para el SII y un régimen complementario que alivia los síntomas de los trastornos gastrointestinales funcionales. Se afirma que una dieta baja en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables (LFD) mejora los síntomas gastrointestinales funcionales (FGS). Se recomienda consumir LFD según el consejo profesional de profesionales de la salud para pacientes con EII con FGS problemáticos, especialmente aquellos en remisión (1).

Referencia bibliográfica

  1. Peng Z, Yi J, Liu X. A Low-FODMAP Diet Provides Benefits for Functional Gastrointestinal Symptoms but Not for Improving Stool Consistency and Mucosal Inflammation in IBD: A Systematic Review and Meta-Analysis. Nutrients. 2022 May 15;14(10):2072. doi: 10.3390/nu14102072. PMID: 35631213; PMCID: PMC9146862.
  2. Thomassen, R. A., Luque, V., Assa, A., Borrelli, O., Broekaert, I., Dolinsek, J., Martin-de-Carpi, J., Mas, E., Miele, E., Norsa, L., Ribes-Koninckx, C., Saccomani, M. D., Thomson, M., Tzivinikos, C., Verduci, E., Bronsky, J., Haiden, N., Köglmeier, J., de Koning, B., & Benninga, M. A. (2022). An ESPGHAN Position Paper on the Use of Low-FODMAP Diet in Pediatric Gastroenterology. Journal of pediatric gastroenterology and nutrition75(3), 356–368. https://doi.org/10.1097/MPG.0000000000003526
  3. Black, C. J., Staudacher, H. M., & Ford, A. C. (2022). Efficacy of a low FODMAP diet in irritable bowel syndrome: systematic review and network meta-analysis. Gut71(6), 1117–1126. https://doi.org/10.1136/gutjnl-2021-325214