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Microbiota y Salud Materno-Infantil

Los microbios en el cuerpo humano desempeñan un papel fundamental en el origen del desarrollo de la salud y la enfermedad y beneficia aún más el manejo de enfermedades, la inmunoterapia y el control del cáncer (1).

La transferencia microbiana de la madre a la descendencia comienza en el útero seguida de la exposición a través del canal de parto al nacer y madura con la lactancia materna (1).

Esta interacción del microbioma está mediada principalmente por la leche materna, seguida de la exposición a través del canal de parto y la transferencia transplacentaria. Debido a la exposición al microbioma, la impronta inmune (durante el embarazo) y los períodos de maduración (primeros 1000 días de vida) ocurren en la vida temprana. La maduración del microbioma en las primeras etapas de la vida se caracteriza por la adquisición, asentamiento y selección de microbios con diversas características funcionales a lo largo del tiempo, y la lactancia materna fue el factor más importante correlacionado con la estructura del microbioma (1).

La leche materna contiene abundantes bacteriófagos que se unen a hospedadores bacterianos específicos y se transmiten verticalmente de madre a hijo, conformando colectivamente el microbioma intestinal del lactante (2). Además, se ha estimado que las bacterias de la leche materna contribuyen entre el 1% y el 68% de las bacterias intestinales del bebé (3).

Las exposiciones microbianas tempranas en la vida son importantes para desarrollar un sistema inmunológico competente, y la falta de dicha exposición puede resultar en respuestas inmunológicas desreguladas a estímulos antigénicos posteriores (1).

Un microbioma perinatal alterado (disbiosis) afecta significativamente la capacidad de los bebés de adquirir un microbioma equilibrado en la vida temprana. La disbiosis intestinal está asociada con la edad gestacional al nacer, el modo de parto y el patrón de alimentación. También se ve afectada por la edad materna, la dieta, el peso corporal, la medicación y el medio ambiente. Además de su influencia en la descendencia, la disbiosis está asociada con la mala adaptación al embarazo y puede inducir complicaciones como la preeclampsia (debido a su influencia en la remodelación de la arteria espiral) y la diabetes gestacional (1).

  • Diabetes Mellitus Gestacional

Las intervenciones dirigidas a la microbiota (MBTI), que consiste en el consumo de probióticos principalmente de los géneros Lactobacillus , Bifidobacterium, Streptococcus, Saccharomyces y Anaerobesson, muy útiles para el control glucémico materno, el metabolismo de la insulina y el equilibrio de los marcadores inflamatorios y de estrés oxidativo en la diabetes gestacional. Las cepas de bacterias probióticas como Lactobacillus GG tienen efectos antidiabéticos al reducir la hemoglobina sanguínea A1C y mejorar la tolerancia a la glucosa. Los probióticos también modulan las bacterias que contienen lipopolisacáridos que pueden inducir inmunidad innata en eucariotas, reduciendo así la inflamación y el estrés oxidativo (1)

  • Otros resultados:

Las intervenciones dirigidas a la microbiota (MBTI), reducen eficazmente la incidencia de la colonización rectovaginal del grupo B Streptococcus, mastitis de la lactancia, síntomas de ansiedad materna, enfermedad alérgica infantil (dermatitis atópica, eccema, enfermedad alérgica, asma y sensibilización), prevenir la enterocolitis necrotizante y reducir la mortalidad neonatal (1).

En cuanto a la alergia infantil, el estudio de (4) observó los mismos resultados ya que afirma que la suplementación con probióticos durante el embarazo y la infancia reduce el riesgo de alergia alimentaria total (reducción del 4%), alergia a la leche de vaca y alergia al huevo.

La colonización del grupo B Streptococcus y la prevención de la mastitis están asociadas con el efecto del equilibrio microbiano. Con estas intervenciones conseguimos reducir la ingesta de antibióticos durante el parto, que es una de las causas comunes de disbiosis intestinal infantil (1).

Las intervenciones dirigidas a la microbiota, principalmente la combinación de probióticos y prebióticos, también producen altos niveles de neurotransmisores, neuropéptidos y factores neurotróficos derivados del cerebro, y mejoran las funciones del sistema nervioso central (1).

Los MBTI perinatales fueron eficaces para prevenir las alergias infantiles y remodelar el microbioma intestinal del bebé (1).

Por otro lado, el grupo de Gallant R (5) observó que la composición del microbioma de Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA) y DMT1 es similar a la de los partos por cesárea y los bebés no amamantados.

Además se informa una abundancia disminuida de lactobacillus en los casos de LLA, DMT1 y dermatitis atópica en comparación con los controles, así como en cesárea versus parto vaginal (VD) y bebés no amamantados versus amamantados.

La abundancia relativa de Prevotella y Bifidobacterium es generalmente menor en los casos de LLA, DMT1 y asma en comparación con los controles, como ocurre similarmente en los partos por cesárea y bebés no amamantados.

Además, LLA, DMT1, eccema, atopia, alergia alimentaria, partos por cesárea y bebés no amamantados tienen una abundancia relativa mayor de Enterococcus en comparación con los controles, VD y bebés amamantados.

El eccema y la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) también presentan una mayor abundancia de Enterobacter. Streptococcus y Staphylococcus son menos abundantes en casos de eccema y en lactantes no amamantados.

La leucemia linfoblástica aguda (LLA), la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) y los lactantes no amamantados comparten una mayor abundancia de Bacteroides.

PatologíasComposición del microbioma
LeucemiaAbundancia disminuida de Lactobacillus, Prevotella y Bifidobacterium
Abundancia aumentada de Enterococcus y Bacteroides
Diabetes Tipo 1Abundancia disminuida de Lactobacillus, Prevotella y Bifidobacterium
Abundancia aumentada de Enterococcus, Bacteroides y Enterobacter
Dermatitis AtópicaAbundancia disminuida de lactobacillus
EccemaAbundancia aumentada de Enterococcus y Enterobacter
Abundancia disminuida de Streptococcus y Staphylococcus
Alergia alimentariaAbundancia aumentada de Enterococcus
Niveles más bajos de Bifidobacterium y Lachnospira (6)
AsmaAbundancia disminuida de Prevotella y Bifidobacterium, como ocurren en cesárea y bebés no amamantados.
Gallant R et Al y Mousavian et Al , estudiaron que estas patologías presentan similitudes con la microbiota de bebés nacidos por cesárea y no amamantados.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

  1. Alemu BK, Wu L, Azeze GG, Lau SL, Wang Y, Wang CC. Microbiota-targeted interventions and clinical implications for maternal-offspring health: An umbrella review of systematic reviews and meta-analyses of randomised controlled trials. J Glob Health. 2024 Sep 13;14:04177. doi: 10.7189/jogh.14.04177. PMID: 39269153; PMCID: PMC11395958.
  2. Guo Y, Liu Y, Xu S, Zhang R, Yu Z, He W. Phage diversity in human breast milk: a systematic review. Eur J Pediatr. 2025 May 10;184(6):334. doi: 10.1007/s00431-025-06173-x. PMID: 40347294; PMCID: PMC12065748.
  3. Hess D, Momo Cabrera P, Kurth S, Bokulich NA, Zimmermann P. Transfer of Bacteria From Mothers to Infants Through Breast Milk: A Systematic Review. Pediatr Infect Dis J. 2025 Mar 4;44(8):804-812. doi: 10.1097/INF.0000000000004769. PMID: 40063731.
  4. Jiang L, Zhang L, Xia J, Cheng L, Chen G, Wang J, Raghavan V. Probiotics supplementation during pregnancy or infancy on multiple food allergies and gut microbiota: a systematic review and meta-analysis. Nutr Rev. 2025 Feb 1;83(2):e25-e41. doi: 10.1093/nutrit/nuae024. PMID: 38502006; PMCID: PMC11723154.
  5. Gallant R, Reza S, Wiemels JL, Greaves M. Microbiome and pediatric leukemia, diabetes, and allergies: Systematic review and meta-analysis. PLoS One. 2025 May 20;20(5):e0324167. doi: 10.1371/journal.pone.0324167. PMID: 40392825; PMCID: PMC12091780.
  6. Mousavian AH, Zare Garizi F, Ghoreshi B, Ketabi S, Eslami S, Ejtahed HS, Qorbani M. The association of infant and mother gut microbiomes with development of allergic diseases in children: a systematic review. J Asthma. 2024 Oct;61(10):1121-1135. doi: 10.1080/02770903.2024.2332921. Epub 2024 Apr 4. PMID: 38506489.

Alimentación y Cáncer

Basándonos en la última actualización de World Cancer Research Fund sabes que:

  • Tener demasiada grasa corporal puede causar inflamación y aumentar los niveles de ciertas hormonas. Estos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar células cancerosas.
  • Reducir el consumo de alimentos y bebidas con azúcares añadidos / azúcares libres.
  • Beber alcohol aumenta el riesgo de padecer los siguientes tipos de cáncer: mama, intestino, higado, boca y garganta, esófago y estómago. Cuando el alcohol se descompone en el cuerpo, se forman compuestos que pueden dañar directamente el ADN, lo que luego puede provocar cáncer. Beber alcohol también puede provocar cirrosis hepática (cicatrización), que es una causa conocida de cáncer de hígado. El alcohol puede facilitar que otros compuestos ambientales o dietéticos causantes de cáncer, como los presentes en el humo del tabaco, entren en las células y causen daños en el ADN.
  • Aflatoxinas: Las aflatoxinas son toxinas producidas por ciertos mohos que pueden crecer en los granos, especialmente en el maíz, a menudo en condiciones cálidas y húmedas. Los alimentos contaminados con aflatoxinas aumentan el riesgo de cáncer de hígado. Si detecta moho, deseche el alimento inmediatamente.
  • Existe sólida evidencia científica que demuestra que amamantar a tu bebé puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario. Estos bebenificios se deben a que reduce la exposición a algunas hormonas relacionadas con el cáncer en su cuerpo y ayuda a eliminar cualquier célula de los senos que tenga daño en el ADN.
  • La recomendación para la prevención del cáncer es no usar suplementos. Procure cubrir sus necesidades nutricionales únicamente con la dieta y evite el uso de suplementos.
  • Los nuevos informes han categorizado al aspartamo (E-951) como “posiblemente cancerígeno para los humanos” y le han otorgado un nivel de clasificación de evidencia conocido como 2B. La OMS desaconseja el uso de edulcorantes artificiales
  • Acrilamida: Los alimentos con un alto contenido de almidón se deben de cocinar hasta alcanzar un color amarillo dorado, en lugar de marrón. Este consejo surgió después de que estudios en ratones mostraran una relación entre la acrilamida y el cáncer. Sin embargo, esta investigación no se ha llevado a cabo en humanos, y los estudios con roedores no son directamente aplicables a los humanos.
  • Aditivos: Los únicos aditivos con evidencia de una relación con el cáncer son los nitritos (E-250) y nitratos (E-251), que se utilizan como conservantes en la carne procesada. El consumo de carne procesada esta fuertemente asociado con un mayor riesgo de cáncer de intestino.
  • Agua del grifo: beber agua contaminada con arsénico aumenta el riesgo de cáncer de piel, pulmón y vejiga. El agua contaminada con arsénico afecta a los países con altas concentraciones naturales de arsénico en el suelo.
  • Café, té y mate

El café contiene sustancias naturales que podrían ayudar a proteger las células y reducir la inflamación. También puede mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda al cuerpo a regular mejor el azúcar en sangre. Estos factores podrían explicar cómo el café afecta el riesgo del cáncer de hígado y útero.

Hay cierta evidencia de que beber puede disminuir el riesgo de cáncer de vejiga.

Hay evidencia sólida de que beber mate hirviendo aumenta el riesgo de cáncer de esófago (carcinoma de células escamosas) y alguna evidencia que lo vincula con el cáncer de boca, faringe y laringe.

  • Consumo de lácteos

Existe evidencia sólida de que consumir productos lácteos reduce el riesgo de cáncer de intestino. Esto se debe principalmente a su alto contenido de calcio y la vitamina D procedente de productos lácteos fortificados o ciertos componentes bioactivos de los lácteos.

También existe cierta evidencia de que las mujeres que consumen productos lácteos tienen un riesgo reducido de desarrollar cáncer de mama.

Sin embargo, comer productos lácteos no es una de nuestras recomendaciones de prevención del cáncer porque hay evidencia que sugiere que el consumo de productos lácteos está asociado con un mayor riesgo de cáncer de próstata. 

  • Fibra soluble e insoluble

Las investigaciones demuestran que consumir alimentos ricos en fibra reduce el riesgo de cancer de intestino. La fibra aumenta el volumen de las heces y facilita su tránsito intestinal, de modo que las sustancias nocivas permanecen menos tiempo en el intestino. Por otro lado, nutre las bacterias beneficiosas del intestino, además los alimentos ricos en fibra pueden ayudarle a sentirse satisfecho con menos calorías, lo que puede ayudar a proteger contra el aumento de peso, el sobrepeso y la obesidad. Los cereales integrales contienen numerosos nutrientes, como fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos ofreciendo diversos beneficios para la salud.

Se recomienda consumir 30 g de fibra solube e insoluble al día. Fuentes alimentarias: cereales integrales, legumbres, frutos secos, semillas, frutas y verduras.

También hay cierta evidencia de que comer más frutas y verduras sin almidón ayuda a proteger contra algunos cánceres aerodigestivos ( boca, faringe, laringe, nasofaringe y esófago).

  • No han encontrado evidencia de que el consumo de carne blanca (pollo y pavo) afecte el riesgo de cáncer. Esto significa que la carne blanca puede disfrutarse como parte de una dieta sana y equilibrada.  
  • Carne roja y carne procesada

Consumir demasiada carne roja (ternera/res, cerdo, cordero/carnero, caballo y cabra) y cualquier cantidad de carne procesada puede aumentar el riesgo de cáncer de intestino.

Una explicación se basa en un compuesto llamado hemo, que contiene hierro y le da a la carne roja su color. El hemo puede desencadenar la creación de compuestos dañinos que pueden dañar el revestimiento intestinal y aumentar el riesgo de cáncer de intestino.

La carne procesada suele contener conservantes químicos llamados nitritos y nitratos. Estos pueden convertirse en compuestos dañinos que aumentan el riesgo de cáncer de intestino. La carne procesada es cualquier carne ahumada, curada o a la que se le han añadido sal o conservantes químicos (nitritos y nitratos). La carne procesada incluye: salchichas, chorizo, perros calientes, jamón, tocino, pepperoni, carne seca, carne en conserva, charcutería o fiambres en rodajas de carne roja y de carne blanca.

La investigación muestra una fuerte relación entre la carne roja procesada y el cáncer de colon, por lo que recomendamos evitar carnes rojas procesadas como el tocino y el jamón. En el caso de carnes blancas procesadas como pollo, pavo o pescado, es importante verificar si los ingredientes contienen conservantes como nitratos o nitritos. Si no contienen conservantes, estas opciones suelen ser mejores que las carnes rojas procesadas.

Cáncer de mama

El metanálisis de Dutra TA y su equipo (1) identificó una asociación significativa entre la capacidad antioxidante total dietética, medido en equivalentes de vitamina C, y el cáncer de mama, revelando que las mujeres con la enfermedad tenían un poder antioxidante dietético más bajo debido a la ingesta reducida de antioxidantes.

Por otro lado, Konieczna J et al (2) estudió que los patrones dietéticos occidentales/de carne/alcohol pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas y los patrones dietéticos prudentes/vegetarianos/mediterráneos pueden reducir el riesgo de cáncer de mama en todas las mujeres. Es decir, fomentar un peso saludable, la actividad física, evitando el alcohol y el tabaco, y una dieta saludable rica en frutas, verduras, cereales integrales y desaconsejando el consumo de carne roja y procesada, para reducir el riesgo de cáncer de mama. 

Además el metaanalásis (3) identificó una asociación significativa entre el consumo de comida rápida y comida ultraprocesada y un mayor riesgo de cáncer de mama, vinculándose un consumo elevado con un riesgo del 25 % mayor.

Cáncer cervicouterino

Una alta adherencia a la dieta mediterránea se asoció significativamente con una reducción del riesgo de cáncer cervicouterino. Los análisis de componentes individuales de tres estudios revelaron que un mayor consumo de frutas y verduras redujo significativamente el riesgo de cáncer cervicouterino, mientras que las legumbres, el pescado y el bajo consumo de carne no mostraron asociaciones estadísticamente significativas (4).

Leucemia aguda

Los subtipos más comunes de leucemia aguda (LA) son la leucemia linfoide aguda (LLA) y la leucemia mieloide aguda (LMA). Entre los menores de 15 años, la LLA es el subtipo más común. Recientemente se ha propuesto que la dieta podría desempeñar un papel importante en el desarrollo de la LA. Los resultados mostraron que el consumo de carne procesada por parte de los niños se asoció positivamente con la LA, mientras que el consumo de verduras se asoció inversamente con la LA. Además, el consumo materno de fruta se asoció inversamente con la LLA, mientras que el consumo de café se asoció positivamente con la LA y la LLA. Por tanto, podemos concluir que la dieta materna y la del lactante juegan un papel en el desarrollo de la AL (5).

Cáncer oral y orofaríngeo

El consumo de patrones saludables (dieta mediterránea y dieta variada) puede disminuir el riesgo de cáncer oral y orofaríngeo (OOP) en un 43%, y el de patrones occidentales (dieta proinflamatoria) puede aumentar este riesgo en un 62%. Adoptar una dieta rica en frutas y verduras y un bajo consumo de snacks y grasas animales puede reducir potencialmente la probabilidad de desarrollar cánceres de OOP. Fomentar una dieta mediterránea, una dieta variada y alimentos con componentes antiinflamatorios sería beneficioso para la prevención y el control de los cánceres de OOP (6).

Carcinoma hepatocelular

La revisión (7) estudió los factores de riesgo para el carcinoma hepatocelular (CHC) y observó una reducción del riesgo del 33% asociada con un índice de alimentación saludable más alto, una reducción del 23% con la adherencia a la dieta DASH (enfoques dietéticos para detener la hipertensión) y una reducción del 35% vinculada a la dieta mediterránea. Sin embargo, un patrón dietético proinflamatorio se asoció a un riesgo 1,21 veces mayor de CHC.

Cáncer colorrectal

El metaanálisis (8) buscó definir los factores de riesgo para el desarrollo del cáncer colorrectal CCR en el continente africano. Los factores de riesgo para el cáncer colorrectal en África incluyen el consumo de carne roja, mantequilla y alcohol. Los factores de protección incluyeron el consumo regular de frutas y la actividad física regular.

Cáncer de próstata

El estudio (9) tuvo como objetivo investigar la asociación entre el consumo de productos de soya y la incidencia del cáncer de próstata (PCA), ya que el efecto de los productos de soya sobre el PCA sigue siendo un tema de debate. Los resultados indican que el consumo de productos de soya puede reducir el riesgo general de cáncer de próstata en hombres.

Diferentes tipos de cánceres

Según Liu J y su equipo (10) seguir la dieta EAT-Lancet (Dieta saludable a partir de sistemas alimentarios sostenibles) se asoció significativamente con una menor probabilidad de cáncer. Estos hallazgos son clínicamente importantes y destacan los efectos beneficiosos de la reciente dieta EAT-Lancet en diversos aspectos de la salud.

Los hallazgos de la revisión (11) indicaron que los altos niveles de factores de riesgo, en particular la carne roja, se han relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar riesgo de cáncer colorrectal entre personas con el genotipo nulo GSTM1. Por el contrario, niveles elevados de factores de protección, como las verduras crucíferas, el té verde, el café y la fruta, se han asociado con un menor riesgo de cáncer de pulmón, leucemia en adultos, melanoma cutáneo y cáncer de pulmón en personas con polimorfismos de GST.

La dieta mediterránea se caracteriza por el uso preferencial del aceite de oliva y se ha asociado con beneficios para la salud posiblemente mediados por sus compuestos bioactivos. La revisión (12) mostró que el consumo de aceite de oliva reduce especialmente la mortalidad por cáncer en un 11 % en la población adulta.

Guo C y su equipo (13), observó que el consumo de crucíferas (brócoli, coliflor, col, col china, repollo…) se asoció inversamente con el riesgo de la mayoría de los cánceres ya que las verduras crucíferas contienen varios compuestos anticancerígenos azufrados, como glucosinolatos, precursores del isotiocianato (ITC), S -metil cisteína sulfóxido e indol-3-metanol, que son beneficiosos para la salud humana y pueden utilizarse como agentes anticancerígenos. Tras el consumo, los compuestos azufrados presentes en las verduras crucíferas se descomponen en glucósidos, tiocianatos, indoles, ITC, nitrilos y otras sustancias bioactivas.

Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) reducen la inflamación y bajan el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C), con posibles beneficios anticancerígenos a través de la modulación de la señalización celular y la supresión tumoral. Según Sadeghi R et al (14), una mayor ingesta dietética y niveles circulantes de omega-6 se asociaron con un menor riesgo de cáncer de pulmón y cáncer de próstata. Sin embargo, una mayor ingesta de omega-6 se asoció con un mayor riesgo de cáncer de endometrio y de ovario.

Referencia bibliográfica

  1. Dutra TA, Fragoso MBT, Wanderley TM, Bezerra AR, Bueno NB, de Oliveira ACM. Diet’s total antioxidant capacity and women’s health: systematic review and meta-analysis. Br J Nutr. 2025 Jun 14;133(11):1404-1417. doi: 10.1017/S0007114525000443. Epub 2025 Mar 6. PMID: 40045768.
  2. Konieczna J, Chaplin A, Paz-Graniel I, Croker H, Becerra-Tomás N, Markozannes G, Tsilidis KK, Dossus L, Gonzalez-Gil EM, Park Y, Krebs J, Weijenberg MP, Baskin ML, Copson E, Lewis SJ, Seidell JC, Chowdhury R, Hill L, Chan DS, Romaguera D. Adulthood dietary and lifestyle patterns and risk of breast cancer: Global Cancer Update Programme (CUP Global) systematic literature review. Am J Clin Nutr. 2025 Jan;121(1):14-31. doi: 10.1016/j.ajcnut.2024.10.003. Epub 2024 Oct 23. PMID: 39489901; PMCID: PMC11747198.
  3. Karimi M, Rabiee R, Hooshmand F, Aghapour B, Ahmadzadeh M, Havaei E, Kazemi K. Consumption of fast foods and ultra-processed foods and breast cancer risk: a systematic review and meta-analysis. Glob Health Res Policy. 2025 Jul 1;10(1):25. doi: 10.1186/s41256-025-00425-x. PMID: 40598414; PMCID: PMC12210537.
  4. Zalaquett N, Lidoriki I, Lampou M, Saab J, Hadkhale K, Christophi C, Kales SN. Adherence to the Mediterranean Diet and the Risk of Head and Neck Cancer: A Systematic Review and Meta-Analysis of Case-Control Studies. Nutrients. 2025 Jan 14;17(2):287. doi: 10.3390/nu17020287. PMID: 39861417; PMCID: PMC11767401.
  5. Flores-García MK, Flores-Collado G, Mérida-Ortega Á, Ugalde-Resano R, González-Rocha A, Denova-Gutiérrez E, Muñoz-Aguirre P, Zapata-Tarrés M, López-Carrillo L. Maternal and infant diet play a role in acute leukemia development: An expanded systematic review and meta-analysis. Clin Nutr ESPEN. 2025 Apr;66:515-522. doi: 10.1016/j.clnesp.2025.02.024. Epub 2025 Feb 27. PMID: 40023373.
  6. Shrivastava R, Gupta A, Mehta N, Das D, Goyal A. Dietary patterns and risk of oral and oropharyngeal cancers: A systematic review and meta-analysis. Cancer Epidemiol. 2024 Dec;93:102650. doi: 10.1016/j.canep.2024.102650. Epub 2024 Sep 2. PMID: 39226679.
  7. Wang J, Qiu K, Zhou S, Gan Y, Jiang K, Wang D, Wang H. Risk factors for hepatocellular carcinoma: an umbrella review of systematic review and meta-analysis. Ann Med. 2025 Dec;57(1):2455539. doi: 10.1080/07853890.2025.2455539. Epub 2025 Jan 20. PMID: 39834076; PMCID: PMC11753015.
  8. Tazinkeng NN, Pearlstein EF, Manda-Mapalo M, Adekunle AD, Monteiro JFG, Sawyer K, Egboh SC, Bains K, Chukwudike ES, Mohamed MF, Asante C, Ssempiira J, Asombang AW. Incidence and risk factors for colorectal cancer in Africa: a systematic review and meta-analysis. BMC Gastroenterol. 2024 Sep 9;24(1):303. doi: 10.1186/s12876-024-03385-7. PMID: 39251919; PMCID: PMC11382465.
  9. Huang Y, Wang W, Jin J. Association between soy products and prostate cancer: A systematic review and meta-analysis of observational studies. Investig Clin Urol. 2024 Nov;65(6):540-550. doi: 10.4111/icu.20240186. PMID: 39505513; PMCID: PMC11543648.
  10. Liu J, Shen Q, Wang X. Emerging EAT-Lancet planetary health diet is associated with major cardiovascular diseases and all-cause mortality: A global systematic review and meta-analysis. Clin Nutr. 2024 Dec;43(12):167-179. doi: 10.1016/j.clnu.2024.10.021. Epub 2024 Oct 19. PMID: 39489999.
  11. Karimi E, Abbasnezhad S, Zeraattalab-Motlagh S, Amiri Khosroshahi R, Beh-Afarin SR, Mohammadi H, Yaghmaie M. Diet, glutathione S-transferases M1 and T1 gene polymorphisms and cancer risk: a systematic review of observational studies. Br J Nutr. 2025 Mar 14;133(5):623-636. doi: 10.1017/S0007114525000327. Epub 2025 Feb 21. PMID: 39980344.
  12. Del Saz-Lara A, Saz-Lara A, Cavero-Redondo I, Pascual-Morena C, Mazarío-Gárgoles C, Visioli F, López de Las Hazas MC, Dávalos A. Association between olive oil consumption and all-cause, cardiovascular and cancer mortality in adult subjects: a systematic review and meta-analysis. Food Funct. 2024 Nov 25;15(23):11640-11649. doi: 10.1039/d4fo04161e. PMID: 39523824.
  13. Guo C, Liu Y, Fu H, Zhang X, Li M. Effect of cruciferous vegetable intake on cancer: An umbrella review of meta-analysis. J Food Sci. 2024 Sep;89(9):5230-5244. doi: 10.1111/1750-3841.17300. Epub 2024 Aug 13. PMID: 39138635.
  14. Sadeghi R, Norouzzadeh M, HasanRashedi M, Jamshidi S, Ahmadirad H, Alemrajabi M, Vafa M, Teymoori F. Dietary and circulating omega-6 fatty acids and their impact on cardiovascular disease, cancer risk, and mortality: a global meta-analysis of 150 cohorts and meta-regression. J Transl Med. 2025 Mar 12;23(1):314. doi: 10.1186/s12967-025-06336-2. PMID: 40075437; PMCID: PMC11899657.

Celiaquía

La enfermedad celíaca (EC), o celiaquía, es una enfermedad autoinmune provocada por la ingesta de gluten en individuos que son genéticamente susceptibles.
El gluten es una proteína presente en cereales como el trigo, y en algunas de sus variedades como la espelta, la cebada o el centeno. En personas predispuestas, la ingesta de gluten produce inflamación crónica de la mucosa del intestino delgado y la va dañando (atrofia de las microvellosidades) e impidiendo la absorción de ciertos nutrientes, lo que puede dar lugar a malabsorción y, con el paso de tiempo, a malnutrición. La celiaquía no es una intolerancia, sino que es una enfermedad crónica e irreversible.

Síntomas / Signos

Los síntomas de la enfermedad celíaca pueden variar mucho de una persona a otra. Mientras que en algunos casos puede no presentar sintomatología, en otros casos se produce una evidente malabsorción.

Entre los síntomas más frecuentes están la pérdida de apetito, aparición de hinchazón y dolor abdominal, una mayor presencia de meteorismo o gases, episodios de diarrea, náuseas y/o vómitos, presencia de heces muy blandas o muy duras, etc. Además, esta enfermedad es multisistémica, sus síntomas pueden producir alteraciones a distintos niveles como alteraciones en el carácter (tristeza, irritabilidad, apatía, etc.), calambres musculares, dolor osteoarticular, sensación de cansancio constante, erupción cutánea, pérdida de masa muscular e incluso lesiones del sistema nervioso. En niños, además de los síntomas gastrointestinales, puede producirse un retraso en el crecimiento, en el desarrollo o incluso alteraciones en el aprendizaje llegando a desarrollar un trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

Complicaciones

Si no se retira el gluten de la dieta puede dar lugar a una serie de complicaciones importantes como anemia ferropénica, intolerancia a la lactosa, osteoporosis, malnutrición, infertilidad, aborto espontáneo o malformaciones congénitas en hijos de madres celíacas no tratadas durante el embarazo, distintos tipos de neoplasias como adenocarcinoma o linfoma intestinal, problemas hepáticos, o incluso problemas que afectan al sistema nervioso como convulsiones o neuropatía periférica.
Para evitar estas complicaciones es muy importante evitar la ingesta de gluten ya que, incluso cantidades muy pequeñas, pueden activar el sistema inmune provocando alteraciones a largo plazo, también en aquellos casos en los que no se aprecian síntomas.

Población en riesgo

Un porcentaje de entre 15-30% de pacientes con EC presentan alguna otra enfermedad autoinmune asociada que comparten con la celiaquía.

También se suele realizar cribado a aquellos familiares en primer grado de una persona con EC que presenten la sintomatología descrita, ya que un 7-10% de ellos podría desarrollar la enfermedad.
Las enfermedades autoinmunes asociadas con más frecuencia a la EC son:

  • DM tipo I
  • Tiroiditis autoinmune
  • Dermatitis herpetiforme
  • Déficit selectivo de IgA
  • Hepatitis autoinmune
  • Síndrome de Down
  • Síndrome de Williams
  • Síndrome de Turner

Tratamiento

En la actualidad, no hay cura para la EC y el único tratamiento disponible es una dieta sin gluten, estricta y durante toda la vida. Es de gran importancia reconocer los alimentos que lo contienen y otras vías de contaminación con gluten.

Es importante recordar que la dieta sin gluten no debe iniciarse antes de tener el diagnóstico de un especialista ya que dificultará el correcto diagnóstico de la enfermedad.

Referencia bibliográfica

Hoja informativa. Enfermedad celíaca. Contenidos desarrollados por el Grupo de Especialización de Nutrición Clínica y Dietética (GE-NuCyD)*, de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Febrero de 2023

Fibromialgia

La fibromialgia (FM) es un síndrome multifactorial complejo caracterizado por dolor crónico generalizado y una constelación de manifestaciones somáticas y psicológicas, que incluyen fatiga, rigidez articular, trastornos del sueño, depresión, ansiedad, trastorno de la articulación temporomandibular (ATM), síndrome de fatiga crónica (SFC), migrañas y/o dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales (síndrome de intestino irrible (SII) y cognitivos.

La evidencia reciente sugiere que la inflamación sistémica de bajo grado, una preponderancia del estado prooxidativo y una capacidad antioxidante insuficiente podrían contribuir al desarrollo de la enfermedad, reduciendo el umbral del dolor e induciendo fatiga y trastornos del estado de ánimo.

Actualmente, no se ha encontrado ningún gen predisponente, pero se ha informado que varios factores ambientales, como traumas psicológicos y físicos o ciertas infecciones, pueden desencadenar el desarrollo e influir en la gravedad de la FM a través de mecanismos epigenéticos. 

No se dispone de un tratamiento eficaz y los expertos recomiendan la terapia no farmacológica como estrategia de primera línea, y la opción farmacológica se elige solo en caso de falta de efecto. Entre las opciones de tratamiento no farmacológico, la nutrición ha mostrado un interés creciente en la literatura en los últimos años.

Intervenciones nutricionales

  • Vitamina D

Se debe considerar la suplementación con vitamina D en el tratamiento de la FM en vista del hecho de que aproximadamente el 40 % de los sujetos con FM presentan deficiencia de vitamina D. Existe una asociación entre los niveles bajos de vitamina D en suero y el dolor crónico, la depresión y la ansiedad en pacientes con FM. Por tanto, se recomienda la suplementación cuando los factores de riesgo de deficiencia de vitamina D están presentes.

  • Probióticos

La creciente evidencia sugiere que los pacientes con FM pueden presentar una microbiota alterada, con la abundancia de diferentes taxones correlacionados selectivamente con los síntomas relacionados con la enfermedad. Dado que las alteraciones en la flora bacteriana intestinal parecen ser un factor contribuyente en muchas enfermedades crónicas inflamatorias y degenerativas, incluidas las enfermedades reumáticas como la FM, se investigó el efecto de una suplementación de 7 semanas con un probiótico, mostrando mejoras en la cognición, particularmente en la elección impulsiva y la toma de decisiones.

  • Aceite de oliva

El aceite de oliva virgen extra (AOVE) se caracteriza por una alta concentración de compuestos fenólicos. Los innumerables beneficios para la salud del AOVE se deben principalmente a su actividad antioxidante. El AOVE puede proteger a las mujeres con FM contra la enfermedad cardiovascular, demostrando así ser un valioso apoyo terapéutico en pacientes con FM.

  •  Trigo de Khorasan

El interés por los cereales antiguos, ha ido en constante aumento debido a su efecto beneficioso sobre diversas afecciones patológicas. El efecto positivo sobre el estado de salud parece deberse al mayor contenido de macro y microelementos, en particular magnesio, fósforo, potasio, selenio y zinc, así como carotenoides y polifenoles, en comparación con el trigo moderno (Palesio). -Se ha observado una mejora general en la gravedad de los síntomas relacionados con la FM, incluido el dolor corporal generalizado autoinformado, la somnolencia diurna, la fatiga y el cansancio, lo que resultó en una mejora en el impacto de la enfermedad en las actividades diarias, con un mayor efecto positivo.

  • Alimentación libre de gluten

Los pacientes con FM a menudo tienen síntomas gastrointestinales que se superponen significativamente con varios trastornos relacionados con el gluten, como náuseas, dolor abdominal, fatiga, cansancio, dolor crónico y alteraciones del estado de ánimo, lo que sugiere una posible coexistencia de sensibilidad al gluten no celíaca en dichos pacientes.

  • Alimentación baja en FODMAP

La dieta baja en FODMAP ha mostrado beneficios significativos en el tratamiento del Síndrome de Intestino Irritable (SII). Dado que el 70 % de los pacientes con FM sufren SII, se ha planteado la hipótesis de que la dieta baja en FODMAP podría ser beneficiosa para los sujetos con FM. Se ha mostrado una reducción significativa en los trastornos gastrointestinales y síntomas de FM, incluidas las puntuaciones de dolor, así como una reducción en el peso corporal y la circunferencia de la cintura.

Varios estudios mostraron una asociación entre la FM y la disbiosis, y en particular, con el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO), caracterizado por la colonización inapropiada del intestino delgado distal con bacterias colónicas. SIBO generalmente se trata con antibióticos. Sin embargo, es bien conocida la asociación entre el uso y abuso de antibióticos con el desarrollo de disbiosis. 

  • Alimentación vegetariana

Las dietas vegetarianas se caracterizan por grandes cantidades de alimentos vegetales ricos en fibra, vitaminas, minerales y elementos antioxidantes, lo que lleva a la hipótesis de que este patrón dietético puede ejercer efectos analgésicos en pacientes con FM, debido a sus propiedades antiinflamatorias y ausencia (o reducción) de proteínas animales. Las investigaciones muestran mejoras significativas en los parámetros bioquímicos, la calidad de vida, la calidad del sueño, el dolor en reposo, la rigidez de las articulaciones, mejoró la composición corporal y el estado general de salud cuando se siguen patrones dietéticos basados ​​principalmente en plantas. Estos efectos beneficiosos tendieron a desaparecer inmediatamente después de volver a la dieta omnívora. 

Referencia bibliográfica

  • Pagliai G, Giangrandi I, Dinu M, Sofi F, Colombini B. Nutritional Interventions in the Management of Fibromyalgia Syndrome. Nutrients. 2020 Aug 20;12(9):2525. doi: 10.3390/nu12092525. PMID: 32825400; PMCID: PMC7551285.
  • Nadal-Nicolás Y, Miralles-Amorós L, Martínez-Olcina M, Sánchez-Ortega M, Mora J, Martínez-Rodríguez A. Vegetarian and Vegan Diet in Fibromyalgia: A Systematic Review. Int J Environ Res Public Health. 2021 May 6;18(9):4955. doi: 10.3390/ijerph18094955. PMID: 34066603; PMCID: PMC8125538.
  • Lowry E, Marley J, McVeigh JG, McSorley E, Allsopp P, Kerr D. Dietary Interventions in the Management of Fibromyalgia: A Systematic Review and Best-Evidence Synthesis. Nutrients. 2020 Aug 31;12(9):2664. doi: 10.3390/nu12092664. PMID: 32878326; PMCID: PMC7551150.
  • Silva AR, Bernardo A, de Mesquita MF, Vaz-Patto J, Moreira P, Silva ML, Padrão P. An anti-inflammatory and low fermentable oligo, di, and monosaccharides and polyols diet improved patient reported outcomes in fibromyalgia: A randomized controlled trial. Front Nutr. 2022 Aug 15;9:856216. doi: 10.3389/fnut.2022.856216. PMID: 36091254; PMCID: PMC9450131.

Edulcorantes sin azúcares

Los edulcorantes no azucarados (ENA), conocidos con diversos nombres, como edulcorantes de alta intensidad, edulcorantes bajos en calorías o sin calorías, edulcorantes no nutritivos, edulcorantes no calóricos y sustitutos del azúcar, se han desarrollado como alternativa a los azúcares libres.

La recomendación es pertinente para todos los edulcorantes no nutritivos, que en esta directriz se definen como todos los edulcorantes no nutritivos sintéticos y naturales o modificados que no se clasifican como azúcares. Entre los edulcorantes no nutritivos comunes se incluyen el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, glucósidos de esteviol, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia.

Se utilizan ampliamente como aditivos (E-) en alimentos preenvasados, bebidas y productos de cuidado personal (por ejemplo, dentífricos, enjuagues bucales), así como añadidos a alimentos y bebidas directamente por el consumidor.

Los ENA provocan el sabor dulce mediante la unión y activación de los receptores del sabor dulce situados en la cavidad bucal, con la consiguiente señalización al cerebro (antojos de dulce y deseo de la ingesta de azúcares).

Los ENA no son factores dietéticos esenciales y no tienen valor nutricional. El uso de los ENA no es la única forma de lograr una reducción de la ingesta de azúcares libres, existen alternativas viables compatibles con las características de una alimentación nutritiva, como el consumo de alimentos con azúcares naturales, como la fruta, cereales, tubérculos y bebidas no azucaradas.

Sustituir los azúcares libres de la dieta por fuentes de dulzor naturales, como las frutas, así como alimentos y bebidas no azucaradas mínimamente procesados, ayudarán a mejorar la calidad de la alimentación, y deberían ser las alternativas preferidas a los alimentos y bebidas que contienen azúcares libres.

Adultos

El consumo prolongado de ENA se asoció a un mayor riesgo de diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares (ECV), mortalidad por ECV, y un aumento del 10% del riesgo de muerte por todas las causas.

Una mayor ingesta se asocia con un aumento del 23% de riesgo de diabetes de tipo 2 cuando se consumen en bebidas endulzadas con ENA y un 34% de riesgo cuando se consumía como producto de mesa (es decir, añadido a alimentos y bebidas por el consumidor).

Una mayor ingesta de ENA se asoció con un mayor IMC y un mayor riesgo de obesidad incidente.

El uso de ENA (predominantemente sacarina) se asoció con un mayor riesgo de cáncer de vejiga

Mujeres embarazadas

Se halló un 25% más de riesgo de parto prematuro tardío (34-37 semanas) con mayor consumo de ENA durante el embarazo y mayor riesgo de aumento de peso, aumento de grasa corporal, asma, alergias y una peor función cognitiva en la descendencia.

Conclusión

La OMS sugiere que los edulcorantes no azucarados (ENA) no se utilicen como medio para lograr el control del peso o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.

La falta de pruebas que sugieran que el uso de los ENA sea beneficioso para el peso corporal u otras medidas de la grasa corporal a largo plazo, junto con los posibles efectos indeseables a largo plazo (mayor riesgo de enfermedades no transmisibles y muerte), superaban con creces cualquier posible efecto sobre la salud a corto plazo.

Los efectos indeseables en cualquier etapa del ser humano (niños, embarazadas, adultos, mayores) tienen mayor peso a la hora de evaluar los efectos deseables frente a los indeseables ya que se puede conseguir una reducción de la ingesta de azúcares libres y obtener los correspondientes beneficios para la salud sin el uso de los ENA.

Alma Palau, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, explica que “el mensaje 0% azúcares enmascara el alto contenido en calorías, grasas o sal de estos productos procesados edulcorados, que llenan cada vez más los supermercados y que en ningún caso son saludables”. “De este modo -añade- no estamos ayudando a la transición hacia una alimentación más saludable, sino cronificando aún más los hábitos alimentarios perjudiciales para la salud”.

También Alma Palau afirma que «La educación alimentaria con dietistas-nutricionistas es, ahora más que nunca, urgente y necesaria, y la administración pública no puede retrasarlo más”.

Referencia bibliográfica

  1. Use of non-sugar sweeteners WHO guideline
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