Category Archives: Nutrición Femenina

Edulcorantes sin azúcares

Los edulcorantes no azucarados (ENA), conocidos con diversos nombres, como edulcorantes de alta intensidad, edulcorantes bajos en calorías o sin calorías, edulcorantes no nutritivos, edulcorantes no calóricos y sustitutos del azúcar, se han desarrollado como alternativa a los azúcares libres.

La recomendación es pertinente para todos los edulcorantes no nutritivos, que en esta directriz se definen como todos los edulcorantes no nutritivos sintéticos y naturales o modificados que no se clasifican como azúcares. Entre los edulcorantes no nutritivos comunes se incluyen el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, glucósidos de esteviol, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia.

Se utilizan ampliamente como aditivos (E-) en alimentos preenvasados, bebidas y productos de cuidado personal (por ejemplo, dentífricos, enjuagues bucales), así como añadidos a alimentos y bebidas directamente por el consumidor.

Los ENA provocan el sabor dulce mediante la unión y activación de los receptores del sabor dulce situados en la cavidad bucal, con la consiguiente señalización al cerebro (antojos de dulce y deseo de la ingesta de azúcares).

Los ENA no son factores dietéticos esenciales y no tienen valor nutricional. El uso de los ENA no es la única forma de lograr una reducción de la ingesta de azúcares libres, existen alternativas viables compatibles con las características de una alimentación nutritiva, como el consumo de alimentos con azúcares naturales, como la fruta, cereales, tubérculos y bebidas no azucaradas.

Sustituir los azúcares libres de la dieta por fuentes de dulzor naturales, como las frutas, así como alimentos y bebidas no azucaradas mínimamente procesados, ayudarán a mejorar la calidad de la alimentación, y deberían ser las alternativas preferidas a los alimentos y bebidas que contienen azúcares libres.

Adultos

El consumo prolongado de ENA se asoció a un mayor riesgo de diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares (ECV), mortalidad por ECV, y un aumento del 10% del riesgo de muerte por todas las causas.

Una mayor ingesta se asocia con un aumento del 23% de riesgo de diabetes de tipo 2 cuando se consumen en bebidas endulzadas con ENA y un 34% de riesgo cuando se consumía como producto de mesa (es decir, añadido a alimentos y bebidas por el consumidor).

Una mayor ingesta de ENA se asoció con un mayor IMC y un mayor riesgo de obesidad incidente.

El uso de ENA (predominantemente sacarina) se asoció con un mayor riesgo de cáncer de vejiga

Mujeres embarazadas

Se halló un 25% más de riesgo de parto prematuro tardío (34-37 semanas) con mayor consumo de ENA durante el embarazo y mayor riesgo de aumento de peso, aumento de grasa corporal, asma, alergias y una peor función cognitiva en la descendencia.

Conclusión

La OMS sugiere que los edulcorantes no azucarados (ENA) no se utilicen como medio para lograr el control del peso o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.

La falta de pruebas que sugieran que el uso de los ENA sea beneficioso para el peso corporal u otras medidas de la grasa corporal a largo plazo, junto con los posibles efectos indeseables a largo plazo (mayor riesgo de enfermedades no transmisibles y muerte), superaban con creces cualquier posible efecto sobre la salud a corto plazo.

Los efectos indeseables en cualquier etapa del ser humano (niños, embarazadas, adultos, mayores) tienen mayor peso a la hora de evaluar los efectos deseables frente a los indeseables ya que se puede conseguir una reducción de la ingesta de azúcares libres y obtener los correspondientes beneficios para la salud sin el uso de los ENA.

Alma Palau, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, explica que “el mensaje 0% azúcares enmascara el alto contenido en calorías, grasas o sal de estos productos procesados edulcorados, que llenan cada vez más los supermercados y que en ningún caso son saludables”. “De este modo -añade- no estamos ayudando a la transición hacia una alimentación más saludable, sino cronificando aún más los hábitos alimentarios perjudiciales para la salud”.

También Alma Palau afirma que «La educación alimentaria con dietistas-nutricionistas es, ahora más que nunca, urgente y necesaria, y la administración pública no puede retrasarlo más”.

Referencia bibliográfica

  1. Use of non-sugar sweeteners WHO guideline

Cólicos en lactantes

El cólico infantil es un fenómeno comúnmente informado de llanto excesivo en la infancia con un carácter enigmático y angustioso. El llanto generalmente comienza en las primeras semanas de vida y termina entre los 4 y 5 meses de edad. El llanto excesivo se define como un llanto que dura al menos 3 horas al día, durante 3 días a la semana, durante al menos 3 semanas.

Fig. 1: Cantidades y patrones de llanto de tres estudios norteamericanos 4 , 6 , 7 que ilustran la ausencia de una tendencia secular.

Aunque el cólico infantil es una condición benigna y generalmente autolimitada, es una fuente de gran angustia para el bebé, los padres, la familia y los proveedores de atención médica. Además, la percepción de los padres con respecto a la causa del llanto y la forma en que afrontan estos períodos prolongados de llanto podría influir en el afecto por su hijo incluso mucho después de que el llanto excesivo haya cesado.

Causas

La causa no está clara y, a pesar de su nombre, es posible que el cólico infantil no tenga una causa abdominal. Puede reflejar parte de la distribución normal del llanto infantil. 

  • Microbiota del bebé: Un creciente cuerpo de evidencia sugiere que el microbioma intestinal contribuye al desarrollo de la condición. La colonización de la microbiota comensal comienza en el útero, y la colonización más importante probablemente tenga lugar al nacer. La colonización está influenciada por una serie de factores externos, incluida la microbiota materna y el estado de salud, el estrés materno prenatal, la prematuridad, el uso de medicamentos maternos, los factores ambientales en el hogar y en el hospital, la administración de medicamentos como antibióticos e inhibidores de la bomba de protones, modo de parto y modo de alimentación infantil (leche materna versus alimentación con fórmula).

El estado de disbiosis intestinal (definido como un desequilibrio microbiano en el tracto gastrointestinal). Se ha visto aumentos en el microbioma del bebé en las especies de proteobacterias (patógenas), y disminución de bacterias (beneficiosas) como los lactobacilos y las bifidobacterias. Además, la acumulación de metabolitos relacionados, así como la inflamación de bajo grado, podrían desempeñar un papel en la fisiopatología del cólico infantil.

La conducta de llanto como consecuencia de la disbiosis intestinal estaría facilitada por el eje microbiota-intestino-cerebro que vincula el cerebro con las funcionalidades intestinales periféricas de forma bidireccional. A través de este eje, la disbiosis intestinal puede afectar la función neuronal central y entérica, como la detección del dolor en los lactantes, lo que podría tener un papel potencial en el llanto excesivo.

  • Factores psicológicos: estrés familiar, la ansiedad materna y la transmisión de la tensión de madre a hijo podrían desempeñar un papel en la etiología del cólico infantil. Los trastornos de ansiedad materna fueron un fuerte predictor de cólico infantil. Las madres con un rasgo de ansiedad alto tenían un riesgo dos veces mayor de tener un bebé con cólicos que las madres con un rasgo de ansiedad bajo.
  • Desarrollo neurológico: el sistema opioide endógeno está alterado en los lactantes con cólico, ya que muestran un efecto reducido de la degustación de sacarosa
  • Modo de alimentación: Tipo de alimentación, comportamientos alimentarios de la madre que amamanta
  • Mala interpretación de los padres del llanto normal
  • Lactancia de fórmula: Mayor incidencia de cólicos (digestión pesada). Existe mayor prevalencia de síntomas de cólicos en lactantes alimentados con fórmula que en lactantes alimentados con leche materna
  • El tabaquismo materno y la nicotina de reemplazo esta potencialmente asociado con cólicos
  • Los bebés nacidos antes de las 32 semanas gestacionales completas tienen mayor riesgo de cólico infantil
  • Mecanismos relacionados con el tracto gastrointestinal, como la formación de gases, la motilidad, la inflamación intestinal, contracciones intestinales dolorosas y la intolerancia a la lactosa

El cólico infantil mejora con el tiempo. Un cuestionario de autoinforme para padres sobre patrones de llanto encontró que el 29 % de los bebés de 1 a 3 meses lloraban durante más de 3 horas al día, pero que entre los 4 y los 6 meses de edad la prevalencia se había reducido al 7 % al 11 %.

¿Qué hacer?

  1. Asesorar a las familias sobre técnicas específicas de manejo: Técnicas para calmar el llanto de los lactantes, consejos de atención general, incluido el sueño, asesoramiento sobre alimentación, reducción del estrés, programa empático para la familia, consejos de interacción de juego positivo, «método canguro», forma específica de abrazo piel con piel (aumentar el porteo), asesoramiento para mecer al lactante en la cuna (acunándolos a dormir), revisar el pañal del bebé o usar estimulación de fondo, como música blanca. Establecer la regularidad y la previsibilidad en las rutinas de sueño, alimentación y actividad en beneficio de los niños y los padres han demostrado ser efectivos en el tratamiento del cólico infantil.
  2. Brindar tranquilidad, apoyo y consulo a la madre
  3. Reducir la estimulación: se centra en la tranquilidad, la empatía, el apoyo y el tiempo de espera. Responder al llanto con movimientos suaves y relajantes, evitar la sobreestimulación, cargar profilácticamenteno, no dar palmaditas, no levantar o sacudir al bebé, y reducir la estimulación auditiva. También se les permitió dejar a sus bebés solos para llorar si sentían que ya no podían tolerar el llanto. 
  4. Se debe recomendar a las madres que amamantan que continúen amamantando.
  5. Masaje infantil: acariciar suavemente la piel en diferentes partes de la cabeza, el cuerpo y las extremidades, utilizando aceite de oliva y manteniendo el contacto visual. Podría beneficiar la interacción madre-hijo, los patrones de sueño y el llanto 
  6. No utilizar fármacos: No se admite el tratamiento con agentes farmacológicos
  7. Probióticos: Debido a que la evidencia emergente sugiere que la microbiota intestinal tiene un papel en la patogenia del cólico infantil, se han propuesto bacterias probióticas como una opción de tratamiento prometedora para el cólico. Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp. son los probióticos más utilizados en lactantes con cólicos, en particular L. reuter. Este probiótico es eficaz en bebés amamantados. La reducción diaria del llanto es de 25 a 65 min con probióticos en lactantes
  8. Terapia manual: se define como cualquier terapia predominantemente (más del 75%) basada en el tacto administrada por un terapeuta manual capacitado y registrado, como un quiropráctico, osteópata, médico osteópata, fisioterapeuta o fisioterapeuta. La reducción diaria del llanto es de 33 a 76 min con terapia manual
  9. Alimentación materna: libre de colorantes, conservantes y aditivos artificiales
  10. Dietas maternas bajas en alérgenos podrían ser beneficiosas para reducir los cólicos infantiles en los lactantes. Sin embargo, los resultados deben interpretarse con cautela, ya que no son lo suficientemente concluyentes como para recomendar cambios en la dieta de todas las madres lactantes de bebés con cólicos. Además, debe tenerse en cuenta que estas intervenciones dietéticas pueden ser bastante intensas y pueden provocar un aumento del estrés en un entorno ya de por sí tenso.
  11. Dispositivo vibrador para la cuna: períodos de 25 minutos al menos tres veces al día. 
  12. Pañales anticólicos: se utilizan envolturas de tela para sujetar firmemente los brazos y los hombros del bebé, pero se permite la flexión y abducción de las piernas, como estrategia terapéutica para el cólico

Características de las fórmulas anticólicos

Características nutricionales principales:

  • Contienen menos lactosa que es sustituida por dextrinomaltosa.
  • Contienen FOS.
  • Un % de grasa en forma de triglicéridos de cadena media (MCT).
  • Proteínas hidrolizadas parcialmente.
  • Contienen una proporción de ácido palmítico en posición beta.

Referencia bibliográfica:

  1. Lucassen P. Colic in infants. BMJ Clin Evid. 2010 Feb 5;2010:0309. PMID: 21729336; PMCID: PMC2907620.
  2. Hofman, D., Kudla, U., Miqdady, M., Nguyen, T. V. H., Morán-Ramos, S., & Vandenplas, Y. (2022). Faecal Microbiota in Infants and Young Children with Functional Gastrointestinal Disorders: A Systematic Review. Nutrients14(5), 974. https://doi.org/10.3390/nu14050974
  3. Zeevenhooven, J., Browne, PD, L’Hoir, MP et al. Cólico infantil: mecanismos y manejo. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 15 , 479–496 (2018). https://doi.org/10.1038/s41575-018-0008-7
  4. Ellwood J, Draper-Rodi J, Carnes D. Comparison of common interventions for the treatment of infantile colic: a systematic review of reviews and guidelines. BMJ Open. 2020 Feb 25;10(2):e035405. doi: 10.1136/bmjopen-2019-035405. PMID: 32102827; PMCID: PMC7202698.
  5. Gordon M, Gohil J, Banks SS. Parent training programmes for managing infantile colic. Cochrane Database Syst Rev. 2019 Dec 3;12(12):CD012459. doi: 10.1002/14651858.CD012459.pub2. PMID: 31794639; PMCID: PMC6890412.

Endometriosis

La endometriosis, caracterizada por el crecimiento de tejido similar al endometrio fuera de la cavidad uterina, es un trastorno ginecológico inflamatorio crónico altamente prevalente dependiente de estrógenos en mujeres en edad reproductiva en todo el mundo. Es una enfermedad significativamente heterogénea, tanto en el fenotipo como en los resultados clínicos que varían desde ausencia de síntomas hasta dolor intenso y/o subfertilidad que conducen a una reducción significativa en la calidad de vida.

Desafortunadamente, la terapia hormonal adyuvante a menudo se acompaña de efectos secundarios no deseados significativos y, en aproximadamente el 30% de los pacientes, una reducción no adecuada del dolor asociado con la endometriosis.

La etiología de la endometriosis es multifacética y no se comprende completamente; sin embargo, los factores genéticos, anatómicos, inmunológicos, hormonales y ambientales (p. ej., el ejercicio y la dieta) pueden desempeñar un papel importante en la patogenia de esta afección

Tratamiento nutricional

Las mujeres con endometriosis parecen consumir menos vegetales, ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y productos lácteos y más carne roja, café y grasas trans. El mayor riesgo de endometriosis se asoció con un mayor consumo de carne roja, ácidos grasos trans, y ácidos grasos saturados.

  1. Carne roja:  La carne roja es otro factor dietético que puede estar relacionado con un mayor riesgo de endometriosis porque puede afectar los niveles de estrógeno que están involucrados en la patogénesis de la endometriosis al promover la expresión y liberación de factores proinflamatorios.
  2. Grasas saturadas y trans: conduce a un mayor riesgo de endometriosis 

En un ensayo controlado aleatorizado realizado en Italia se vió que la terapia de supresión hormonal y la suplementación dietética fueron igualmente efectivas para reducir el dolor pélvico no menstrual.

  • Intervenciones dietéticas
    • Dieta mediterránea:  la dieta mediterránea no implica solo la suplementación de ciertos antioxidantes, sino más bien una serie de hábitos alimenticios y, por lo tanto, puede mejorar el dolor asociado con la endometriosis a través de mecanismos adicionales. Se ha demostrado que el pescado y los aceites de oliva virgen extra ejercen efectos antiinflamatorios. En concreto, el aceite de oliva virgen extra, que contiene la sustancia oleocantal, presenta una estructura similar a la molécula ibuprofeno, y ambos actúan por el mismo mecanismo, es decir, por inhibición de la ciclooxigenasa. El consumo de aceite de pescado puede conducir a un menor riesgo de endometriosis debido a sus efectos antiinflamatorios. Además, el aumento de la cantidad de fibras proporciona un efecto eupéptico, mientras que los alimentos ricos en magnesio podrían prevenir un aumento en el nivel de calcio intracelular y promover la relajación del útero
    • Baja en FODMAP: Debido a la característica de los FODMAP de absorción insuficiente y su fermentación consecutiva por bacterias, su producción de gas tiende a causar una extensión intestinal abdominal que puede provocar dolor y modificación de la motilidad intestinal. Enfermedades como el síndrome del intestino irritable y la endometriosis vienen acompañadas de hipersensibilidad visceral. El 72% de las pacientes con endometriosis experimentaron una mejoría de los síntomas de más del 50% después de seguir esta dieta durante 4 semanas
    • Dieta vegetariana: conduce a una disminución en la biodisponibilidad del estrógeno, el estrógeno juega un papel en la inducción de la proliferación del tejido endometrial extrauterino. Por otro lado, un mayor consumo de frutas y vegetales verdes puede ser protector porque puede disminuir los marcadores inflamatorios como la interleucina-6 (IL-6) que están elevados entre las mujeres diagnosticadas con endometriosis.
    • Educación nutricional individualizada:  Los participantes experimentaron un aumento en el bienestar y una disminución de los síntomas después de los cambios en su dieta y estilo de vida. También sintieron que los cambios en la dieta condujeron a mayores niveles de energía y una comprensión más profunda de cómo podrían afectar su salud al escuchar las reacciones de su cuerpo.

Conclusión

Las intervenciones dietéticas parecen prometedoras para tratar los síntomas relacionados con la endometriosis como es la reducción significativa del dolor. El vínculo entre la dieta y la endometriosis es importantísimo debido al potencial de los componentes antiinflamatorios presentes en los alimentos para mitigar la endometriosis. En la planificación dietética del paciente con endometriosis hay que garantizar el consumo y absorción adecuada de vit D, calcio, W-3, Vit. A, Vit C y Vit E.

Referencia bibliográfica

  1. Nirgianakis K, Egger K, Kalaitzopoulos DR, Lanz S, Bally L, Mueller MD. Effectiveness of Dietary Interventions in the Treatment of Endometriosis: a Systematic Review. Reprod Sci. 2022 Jan;29(1):26-42. doi: 10.1007/s43032-020-00418-w. Epub 2021 Mar 24. PMID: 33761124; PMCID: PMC8677647.
  2. Arab A, Karimi E, Vingrys K, Kelishadi MR, Mehrabani S, Askari G. Food groups and nutrients consumption and risk of endometriosis: a systematic review and meta-analysis of observational studies. Nutr J. 2022 Sep 22;21(1):58. doi: 10.1186/s12937-022-00812-x. PMID: 36138433; PMCID: PMC9503255.

Ciclo menstrual

Menstruacción

El ciclo menstrual comprende desde el primer día de la menstruación hasta el inicio de la siguiente, con una duración aproximada de 28 días.

En este periodo, la secreción de hormonas genera variaciones en la conducta, apetito, peso, temperatura y composición corporal.

El ciclo reproductor femenino se compone de 4 fases:

menstrual, pre-ovulatoria, ovulación y post-ovulatoria.

Fase menstrual

Se presenta durante los primeros 5 días del ciclo.

Se caracteriza por el desprendimiento de la capa funcional del endometrio. Al no producirse la fecundación del ovocito secundario liberado, se origina un sangrado (el flujo menstrual) y se liberan líquido intersticial, moco y células epiteliales.

Fase folicular

Comprende del día 1 al 13 e involucra el desprendimiento del endometrio (menstruación), durante esta fase, los estrógenos son las hormonas ováricas dominantes cuya secreción es estimulada por 2 hormonas adenohipofisarias: la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante(LH).

Se caracteriza por:

  • Cambios en el sistema inmunitario: emociones +/-
  • Mayor sensación de saciedad, disminución de la ingesta
  • Mayor adhesión a un patrón alimentario saludable
  • Metabolismo más elevado (aumento de la lipólisis)
  • Más sensibilidad a la insulina, mayor tolerancia de los Hidratos de Carbono (HC)

Fase ovulación

Generalmente, tiene lugar el día 14 de un ciclo de 28 días y se caracteriza por la rotura de un folículo maduro, y la liberación de un ovocito, desencadenada por un pico de hormona luteinizante (LH).

Se caracteriza por:

  • Menor tolerancia a los Hidratos de Carbono
  • Mayor sensación de sed

Fase lútea

Comprende el tiempo que transcurre desde la ovulación hasta el inicio de una nueva menstruación. Se produce la formación del cuerpo lúteo en el ovario, con la secreción de grandes cantidades de progesterona y caída de los estrógenos.

Se caracteriza por:

  • Menor serotonina a nivel del SNC
  • Aumento del Gasto Metabólico Basal y apetito (¿GET?)
  • Aumento de las necesidades energéticas
  • Aumento de la temperatura basal: sudoración
  • Menor sensibilidad a la insulina, poca tolerancia a los Hidratos de Carbono

Ciclo menstrual y emociones

Debido a los cambios hormonales producidos durante el ciclo menstrual, muchas mujeres padecen síntomas físicos y psicológicos. Estos síntomas suelen ocurrir durante la fase lútea, días previos a la menstruación, en la que los niveles de estrógenos están disminuidos y las concentraciones de progesterona son mayores.

También se producen cambios en la ingesta dietética y patrón alimentario, en función de las diferentes fases del ciclo menstrual.

Se ha reportado un incremento de la ingesta alimentaria y hambre emocional durante la fase lútea en comparación con la fase folicular y fase ovulatoria.

Food craving

Un deseo irresistible de consumir comida hiperpalatable.

Varía entre las diversas fases del periodo menstrual, dándose en mayor proporción durante la fase lútea y se ve incrementado días previos a la menstruación. A la progesterona, se le ha asociado un efecto orexígeno

(mayor apetito). En cambio, los estrógenos, se asocian a un efecto anorexígeno (menor apetito).

No se ha observado que en todas las mujeres exista un mayor deseo por los alimentos hiperpalatables más alla de la que se pueda tener normalmente, por lo que no hay que usar la menstruación como excusa. Se necesita más homogeneidad y estudios experimentales que corroboren estos resultados.

Herramientas

  • Respetar el ritmo circadiano.
  • Aumentar el consumo de alimentos con gran densidad nutricional para aumentar la saciedad.
  • Alimentación anti-inflamatoria: fitoquímicos, w-3 (atún, trucha, salmón, sardina, nueces, semillas de lino), baja carga glucémica, crononutrición…
  • Vitaminas del complejo b (cereales integrales, legumbres, carne, pescado y lácteos): mantienen una estrecha relación con la serotonina (hormona de la felicidad), que ayuda a contrarrestar la irritabilidad y disminuye el dolor abdominal.
  • Hierro: en casos de anemia causada por las hemorragias (origen animal, frutos secos, verduras de hoja verde y cítricos)
  • Vitamina C: para aumentar la absorción del hierro y disminuir la migraña menstrual ( limones, limas, naranja, fresa, mandarina, kiwi…)
  • Fibra: promueven la eliminación de estrógenos y alivian el dolor (Alcachofa, col, berza, ajo, frambuesa, granada, legumbres…)
  • En mujeres que se observa food craving, el dolor, edema… podría provocarse por el tipo de alimentación (picoteos, atracones, hidratos de carbono refinados).
  • Reducir las bebidas estimulantes: café, té… en caso de irritabilidad, nervios, exaltación…
  • Ejercicio físico adaptado para disminuir la inflamación
  • En la fase lútea debemos aumentar el consumo de agua para combatir la retención.

Referencia bibliográfica

  1. Moreno Gómez E, Jáuregui-Lobera I. Variables emocionales y food craving: Influencia del ciclo menstrual. JONNPR. 2022;7(1):28-63. DOI: 10.19230/jonnpr.4429
  2. Aquino, Camey, M. (2015). Intervención nutricional para la disminución de síntomas del síndrome premenstrual. Estudio realizado en clínicas privadas de la ciudad de Guatemala. Licenciatura. Universidad Rafael Landívar.
  3. Marnet, M. (2013). “Ciclo menstrual”, en CCM Salud. . Navarro Castelló, I. (2015). Estudio sobre la influencia del ciclo menstrual en la conducta alimentaria. Licenciatura. Universidad de Lleida.
  4. Núñez, G. (2018). “Ciclo menstrual y nutrición”. . Ortega Ana, R. y Requejo Marcos, A. (2015). Nutriguía: Manual de nutrición clínica en atención primaria. Madrid: Editorial Complutense, pp.59-60.

Candidiasis Vaginal

La candidiasis vulvovaginal se define como una vaginitis sintomática (inflamación de la vagina), que a menudo afecta a la vulva (eritema e hinchazón), causada por una infección con una levadura Candida (1).

El síntoma predominante es el prurito vulvar. También puede haber flujo vaginal anormal (material ‘similar al queso’ o una secreción acuosa). El ardor, el dolor y la irritación vulvar también son síntomas comunes, y estos pueden estar acompañados de disuria o dispareunia, que empeoran durante la semana anterior a la menstruación. El desarrollo de candidiasis vulvovaginal sintomática probablemente representa un mayor crecimiento de hongos que antes colonizaban la vagina sin causar síntomas (1).

Los factores de riesgo para la candidiasis vulvovaginal incluyen embarazo y otras situaciones que aumentan los niveles de estrógeno (p. ej., uso de anticonceptivos y terapia con estrógeno), diabetes mellitus, inmunosupresión, antibióticos sistémicos, actividad sexual frecuente y sucia, diafragmas, espermicidas, dispositivos intrauterinos y las duchas vaginales se consideran factores de riesgo importantes. La incidencia de candidiasis vulvovaginal aumenta con el inicio de la actividad sexual, pero no encontramos evidencia directa de que la candidiasis vulvovaginal se transmita sexualmente (1,2).

Los cinco lactobacilos más comunes en el nicho vaginal (Lactobacillus crispatus , Lactobacillus iners , Lactobacillus gasseri , Lactobacillus jensenii y Lactobacillus vaginalis ). La dominación de L. crispatus es más eficaz para mantener a raya a los anaerobios asociados con la vaginosis bacteriana (VB). La VB es la disbiosis vaginal bacteriana más común y generalmente se caracteriza por una comunidad muy diversa de anaerobios, incluida Gardnerella vaginalis , pero a veces por dominancia de G. vaginalis. Casi todos los casos de disbiosis vaginal fúngica son causados ​​por Candidaespecies, predominantemente Candida albicans (2).

En las revisiones sistemáticas (2-4) revisadas, están de acuerdo de que el uso de lactobacilos exógenos (probióticos o productos bioterapéuticos vivos) optimiza la composición de la microbiota vaginal (VMB) como parte de las intervenciones curativas o preventivas de disbiosis vaginal.

Mientras que el tratamiento antibiótico de la vaginosis bacteriana  (con metronidazol oral o vaginal o clindamicina) y el tratamiento antimicótico de la candidiasis vulvovaginal (VVC; con azoles orales o vaginales) dan como resultado fracciones de curación subóptimas y altas tasas de recurrencia. Además, el uso prolongado aumenta la probabilidad de efectos secundarios y resistencia a los medicamentos (1).

Conclusión

Un ecosistema intestinal en equilibrio mantiene unos niveles apropiados de cada microorganismo. El tratamiento natural para la Cándida debe estar enfocado en recuperar este equilibrio microbiológico, tratando la causa que lo desestabilizó (alimentación, estrés, ritmo circadiano…).

Referencia bibliográfica

  1. Martin Lopez J. E. (2015). Candidiasis (vulvovaginal). BMJ clinical evidence, 2015, 0815.
  2. Xie, H. Y., Feng, D., Wei, D. M., Mei, L., Chen, H., Wang, X., & Fang, F. (2017). Probiotics for vulvovaginal candidiasis in non-pregnant women. The Cochrane database of systematic reviews, 11(11), CD010496. https://doi.org/10.1002/14651858.CD010496.pub2
  3. Van de Wijgert, J., & Verwijs, M. C. (2020). Lactobacilli-containing vaginal probiotics to cure or prevent bacterial or fungal vaginal dysbiosis: a systematic review and recommendations for future trial designs. BJOG : an international journal of obstetrics and gynaecology, 127(2), 287–299. https://doi.org/10.1111/1471-0528.15870
  4. Hanson, L., VandeVusse, L., Jermé, M., Abad, C. L., & Safdar, N. (2016). Probiotics for Treatment and Prevention of Urogenital Infections in Women: A Systematic Review. Journal of midwifery & women’s health, 61(3), 339–355. https://doi.org/10.1111/jmwh.12472